Una cuidadosa lectura al contexto socioeconómico costarricense de los últimos años da cuenta del cambio experimentado por un modelo, que en esencia ha pasado de estar orientado al mercado interno a ser dinamizado y fortalecido para insertar al país al mercado mundial. En este marco, las actividades de exportación recibieron un fuerte impulso y al interior de estas, un conjunto de productos agrícolas denominados no tradicionales se erigieron en estrellas de un firmamento productivo volcado sin reparos a conquistar los mercados internacionales.